El Oceanogràfic colabora con la campaña mundial contra la basura marina
- La Unión Europa se une a la ONU y presenta en el Acuario de Mónaco, con el príncipe Alberto II de anfitrión, la iniciativa «World Aquariums Against Marine Litter»
- La presidenta de la Fundación Oceanogràfic, Celia Calabuig, asiste al lanzamiento y rubrica el apoyo con el comisario europeo Vella
- En 2050 podría haber más plástico que peces en los mares y el 99% de las aves marinas podrían haber ingerido plástico
Valencia, 28 de julio de 2017
El comisario europeo de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, lanzó ayer la campaña «Acuarios del mundo contra la basura marina», que propiciará que centros de todo el mundo exhiban una exposición con plástico y difundan la grave realidad global de la basura marina. La Fundación Oceanogràfic de València ha colaborado con la difusión de la campaña en todo el mundo y participará activamente.
El comisionado Vella dijo en Mónaco, con el Príncipe Alberto II como anfitrión, que «los acuarios son una pantalla de televisión para el océano. Esta campaña es urgente y bienvenida. Los Acuarios del Mundo han decidido transformarse en las» noticias de última hora » para evitar convertirse en su canal de la historia”.
Agregó Vella que «este verano, millones de personas de todo el mundo visitarán los acuarios y para demostrar el cambio, debemos mostrarles la realidad de la contaminación plástica».
La presentación de la campaña que tuvo lugar en el icónico Museo Oceanográfico de Mónaco, contó con la presencia, también, del director ejecutivo del Programa de Medio Ambiente de la ONU, Erik Solheim, del director ejecutivo de la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA), Doug Cress, y también, entre otros representantes de los acuarios, de Celia Calabuig, presidenta de la Fundación Oceanogràfic y de Avanqua, perteneciente a Global Omnium, gestor del Oceanogràfic de Valencia.
La campaña está diseñada para darla a conocer y discutir en la próxima conferencia “Our Ocean” (Malta, 5-6 de octubre), en la que participará el miembro del comité científico de la Fundación Oceanogràfic, Juan Antonio Romero. El encuentro, organizado por la Unión Europea por primera vez, tendrá un rango internacional y un alto nivel de representantes.
Un problema planetario acuciante
Diez millones de toneladas de basura terminan en los océanos cada año, lo que supone un camión de basura por minuto, 400 kilos por segundo. Millones de animales marinos mueren cada año debido a la basura marina, incluyendo aves marinas, focas, ballenas, delfines y tortugas. En algunas áreas, los microplásticos ya superan en número de seis a uno al placton y las perspectivas para el futuro se ven sombrías: en 2050, podría haber más plástico que peces en los mares y el 99% de las aves marinas podrían haber ingerido plástico.
Casi cien acuarios en los cien continentes se han unido a la campaña, organizada por la UE como parte de la campaña #CleanSeas de las Naciones Unidas.
Iniciativas del Oceanogràfic
El Oceanogràfic de Valencia ya ha comenzado a difundir y concienciar sobre el grave problema de las basuras en los océanos con distintas acciones entre las que destaca un encuentro de profesionales documentalistas de todo el mundo, con la fundadora de Plastic Oceans, Jo Raxton, que presentó en primicia para toda España la película “A plastic ocean”, que denuncia la grave situación actual.
Además en el acuario valenciano, en torno a la gran exposición Medusas, se exhiben medusas hechas de plástico para advertir de que en un futuro es posible que sólo puedan existir estos animales en reproducciones de plástico y el mural de Paco Roca refleja la evolución negativa de los fondos marinos. También, el año pasado, en Feria Valencia, el centro desarrolló una “perfomance” alegórica de las playas ensuciadas con restos inorgánicos frente a otras con restos orgánicos.
Así mismo, en la última festividad de las Hogueras de San Juan, el Oceanogràfic advirtió a la opinión pública sobre el peligro que supone arrojar basura al litoral valenciano durante esas masivas fiestas y el larguísimo tiempo que requiere su desintegración con el añadido de la generación de los microplásticos.