Este era el primer viaje de este tipo que hacía, ciertamente. Ocho pingüinos de Humboldt, sus expertos cuidadores y yo, viajábamos por la autopista en la camioneta del Oceanogràfic, mientras contemplaba el paisaje español por la ventanilla. Sólo faltaban cinco días para las celebraciones de la Gran Reapertura del Oceanogràfic, deseosos de traer las aves a su hogar y asegurar que tuvieran tiempo suficiente para reaclimatarse a su renovado hábitat.
La Gran Reapertura era un evento importante para el personal del acuario. Años de planificación y miles de euros habían sido invertidos para que nosotros escribiéramos el siguiente capítulo en el recorrido de nuestros respectivos Aquariums, mejorando nuestras instalaciones e incrementando nuestra pretendida conexión con el océano.
Una de nuestras principales prioridades durante la mejora de las instalaciones del Oceanogràfic, era asegurar la salud y bienestar de los animales a nuestro cargo. Algunas especies pueden ser sensibles al ruido y al polvo, que a menudo están presentes en el proyecto de renovación. Para estar seguros de que nuestros animales no sufrían este impacto, tomamos ciertas medidas que asegurasen su bienestar. En el caso de los pingüinos, los trasladamos a unas instalaciones externas. Esto aseguró que ellos tuvieran un hábitat intermedio apropiado, con el espacio adecuado y lejos de cualquier impacto potencial derivado de las obras.
Afirmaría que el mejor modo de aprender sobre los animales es estar cerca de ellos…viajando en un pequeño y cerrado vehículo con los pingüinos, entendí rápidamente lo que comían las aves. El olor a pescado inundó el vehículo y me recordó cual era la comida preferida de nuestros pasajeros!!
Justo cuando empezaba a acostumbrarme al aroma, las aves me recordarían lo cerca que estaban con sus vocalizaciones esporádicas. Los pingüinos de Humboldt no son lo que yo describiría como un “ave cantor”, el sonido que emiten se parece al de un burro o al de una cabra más que al de un ave!!
Los pingüinos están desde aquel día asentados en su nuevo hábitat, ampliada con la creación de nidos, más profundidad de agua para nadar y una playa más bonita dónde salir a descansar.
Asegúrate de parar a verlos la próxima vez que visites el Oceanogràfic!!
Pie de foto: Los pingüinos volviendo a casa tras las mejoras en su hábitat