La rápida actuación institucional ha permitido estudiar la cría del segundo animal más grande del planeta
Gracias a la necropsia realizada sobre el ejemplar de rorcual común varado en la isla de Benidorm la semana pasada, en una primera valoración, se pudo detectar que se trataba de un ejemplar joven, presumiblemente una cría menor de un año de edad.
La ballena de casi seis metros de longitud presentaba signos de llevar días o semanas enferma por la marcada delgadez y lesiones compatibles con septicemia, una infección generalizada que podría tener su origen en la cicatriz umbilical en base a los primeros hallazgos, según al diagnóstico presuntivo recogido por los veterinarios de la Fundación Oceanogràfic.
Colaboración institucional
La posibilidad de acceder al cadáver ha sido una gran oportunidad para el estudio de estos animales ya que, pese a tratarse del segundo animal más grande del planeta, se desconoce casi todo, tanto de su fisiología como de sus costumbres.
El varamiento de esta cría refuerza los avistamientos cada vez más frecuentes de esta especie en la Comunitat Valenciana y la necesidad de su estudio para descifrar aspectos básicos como sus patrones de movimiento.
De ahí la importancia de que el estudio post-mortem se haya podido realizar con prontitud para el análisis del animal y la toma de muestras, todo ello gracias a la colaboración y rápida actuación de varias instituciones como el Ayuntamiento de Benidorm y sus servicios técnicos, la Unidad Marítima de la Policía Local, la guardería rural, el Club Náutico de Benidorm y la empresa de excursiones marítimas de Benidorm. El estudio de este tipo de eventos entra dentro de las actuaciones de la Red de varamientos de la Comunidad Valenciana, formada por la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica, la Universitat de València y la Fundación Oceanogràfic.