Kylu, el único bebé beluga de Europa, hijo de Yulka y Kairo, recibió ayer, al cumplir su primer año de vida, el homenaje de pequeños colegiales de Nuestra Señora de los Desamparados de Burjassot, de sus cuidadores, personal del Oceanogràfic, del departamento de Educación y de su Fundación, con la presidenta, Celia Calabuig, al frente y la directora de biología, Lindsay Rubincan.
Los niños cantaron una y otra vez la felicitación del “cumpleaños feliz”, mientras Kylu y su madre, Yulka, centraban su atención juguetones en el grupo escolar, en el letrero conmemorativo y en la tarta que prepararon sus cuidadores compuesta de los manjares que más le gustan al pequeño bebé: gelatina y hielo.
Celia Calabuig comentó que en el centro “nos encontramos todos muy felices. Es una noticia feliz para todos los que formamos el Oceanogràfic, porque Kylu llegó y creció casi como un milagro, gracias a sus padres, por supuesto, pero también a todo el equipo, un numeroso grupo de personas, biólogos, veterinarios, etc. Aquello fue casi como un milagro pero hoy en día, un año después, Kylu está siendo un regalo para la ciencia porque en la Fundación Oceanogràfic hemos desplegado un programa ambicioso de cuatro estudios sobre su biología, gracias a la oportunidad única que tienen los científicos al estar entre nosotros un animal tan excepcional”.
Previamente, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, había visitado la zona de Ártico donde vive Kylu con su familia. Puig comentó que había sido emocionante el encuentro con el pequeño, ya gran bebé. “Seguro que es lo más bonito que me pasará hoy”, dijo gozoso.
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