Al cumplir 18 años el acuario más grande de Europa ha triplicado el número de especies vegetales e incrementado las unidades de su jardín
El Oceanográfic de València es algo más que un gran acuario o un centro de investigación, conservación y divulgación. También es uno de los parques urbanos más grandes y de mayor variedad vegetal de València.
Por detrás del Jardín del Turia y Viveros, la suma de las zonas ajardinadas y de lagos y estanques del Oceanogràfic de la Ciutat de les Arts i les Ciències, con una superficie de 80.000 metros cuadrados, ocupa junto a otros grandes parques de la capital como Nazaret, Malilla o Marxalenes y Benicalap un puesto privilegiado de zonas de expansión.
En los 18 años de vida que ha cumplido en el mes de febrero, se ha constituido también en una de las áreas ajardinadas con una variedad vegetal considerable al triplicar la cifra original de especies hasta tener en este momento 368+13 del lago, incluyendo las acuáticas, que se han incorporado para conseguir la transformación de los estanques originales en un auténtico Lago Vivo.
Así pues, desde que asumió Avanqua la gestión del acuario a mediados de 2015, tanto las especies como el número de unidades ha experimentado un crecimiento notable hasta alcanzar la cifra de cerca de 16.000.
Una de las más notables colecciones es la de palmeras que suma un total de 29 tipos distintos con 383 unidades, al igual que las exóticas, de 32 tipos, que suman 776.
El Oceanogràfic tiene, además 196 árboles de 46 especies distintas, a los que hay que sumar miles de plantas arbustivas, trepadoras, perennes, suculentas y césped y tapizantes.
Un jardín botánico en una gran maceta
El crecimiento y mantenimiento de tan importante trabajo y desarrollo de jardinería tiene un mérito especial debido a la característica tan extraordinaria y excepcional de este gran parque urbano y es su propia configuración.
La gran mayoría de árboles, plantas y arbustos crece dentro de una gigantesca maceta, ya que su fondo es el techo de hormigón de las galerías técnicas subterráneas, con lo cual no disponen de una profundidad superior a 1.5 m ni de un nivel freático existente en cualquier terreno firme. Esto limita el desarrollo y renovación radicular.
Esto supone un especial cuidado por parte del equipo de Jardinería del Oceanogràfic. Es decir, hay que vigilar que la tierra no tenga ni mucha agua para que pudra las raíces, ni poca agua para que se seque. Para ello hay una exhaustiva observación, una buena gestión del riego, un control de catas de humedad, ayudados por un gran número de registros que avisan de posibles encharcamientos.
En referencia a los productos fitosanitarios para su cultivo, se ha evolucionado tratando de minimizar el uso de químicos en favor de productos ecológicos y también llevando a cabo lucha biológica en plagas como pulgón, cóccidos y psilla.