La Fundación Oceanogràfic colabora con el Servicio de Vida Silvestre de la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica y mantiene una colección de plantas productoras de semillas en un entorno mediterráneo con tortugas autóctonas.
La única planta silvestre genéticamente pura que existe en el mundo fue descubierta en La Pobla de Vallbona hace 34 años
Para los aficionados a recorrer el monte, al contemplarla en un entorno especial dentro del Oceanogràfic, rodeada de tortugas, pueden pensar que se trata de una planta más de los millones que colorean ahora las laderas de las sierras, pero no pueden imaginar que detrás de esa humilde y frágil flor rosa hay una larga historia de tesón, de investigación, de amor y de coraje hasta conseguir rescatarla de su destino, la extinción, y situarla en uno de los puntos más visitados de España, con centenares de miles de personas procedentes de todo el mundo.
Se trata de la Jara de Cartagena (Cistus carthaginensis), una especie única de la flora ibérica. En 1986 un ejemplar de esta especie fue descubierto en el municipio de La Pobla de Vallbona, casi 30 años después de que se la diera por extinta a nivel mundial. Este ejemplar valenciano constituye así el único representante silvestre genéticamente puro que existe en el mundo.
Caprichos de la naturaleza, esta planta necesita de otro ejemplar para cruzarse y producir semillas para tener descendencia, de modo que, la existencia de un solo ejemplar no auguraba un futuro muy prometedor, e irrevocablemente la especie iba hacia la extinción..
Desde 2018 figura en la máxima categoría de protección y desde hace unos años la administración valenciana comenzó una carrera de investigación y recuperación de la especie en la que participan parques naturales, ayuntamientos, asociaciones ecologistas, el Jardì Botànic de la Universitat de Valencia, la Base Militar “Jaime I” de Bétera y el Oceanogràfic de València.
Hasta 2012, todos los esfuerzos por recuperar la especie fueron infructuosos, pero fue en otoño de ese mismo año cuando, en una visita rutinaria a la planta, se descubrió que una rama estaba partida y se utilizó para preparar esquejes que enraizaron dando lugar a más plantas. Al año siguiente, de forma sorpresiva y en contra de lo observado hasta el momento, el ejemplar silvestre produjo varios frutos que contenían semillas viables, algunas de las cuales germinaron y lograron producir plantas adultas. Gracias a la obtención de plantas por estos dos métodos se pudieron realizar múltiples cruzamientos entre las plantas y obtener por fin la primera generación de plantas para poder comenzar toda la estrategia de recuperación de la especie.
En la actualidad, son 13 las localizaciones de la provincia de Valencia en las que se ha plantado esta especie en las que hay mas de 1.600 plantas, lo que constituye un esperanzador resultado hacia la salvación de esta especie tras un proceso que ha estado parcialmente financiada por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).
El papel del Oceanogràfic
Desde hace un año se ha dado un paso importante en la colaboración de la Fundación Oceanogràfic y la Conselleria de Agricultura. Un claro ejemplo de ello es la adaptación de uno de los espacios del Oceanogràfic para acoger una colección de ejemplares reproductores de la jara de Cartagena, los cuales florecen durante estos días de abril, y producen semillas que permiten continuar el desarrollo de los trabajos de recuperación de esta jara.
Oceanogràfic y Conselleria mantienen diversos proyectos de conservación, como la cría de samarucs, gallipatos, recuperación de fauna marina, entre otros. La colaboración con la jara de Cartagena está resultando muy positiva y enriquecedora para ambas partes, pues, además del papel informativo y divulgativo que tiene la presencia de las plantas de esta especie en el Oceanogràfic, los ejemplares producen abundantes semillas y esto permite cumplir no sólo un importante objetivo en la conservación de esta especie, sino también algo más trascendental en biología de la conservación y de la recuperación, que es hacerlo gracias al trabajo conjunto entre equipos.