Los animales han seguido el programa de crecimiento y desarrollo de la Fundación Oceanogràfic desde septiembre de 2020 para maximizar su supervivencia en el océano

 

Gracias al Ayuntamiento de Cullera y a la Universitat de València, seis de los quelonios llevan instalado un emisor satelital para su seguimiento en alta mar

 

La Fundación Oceanogràfic ha soltado esta mañana en la Playa de Cap Blanc de Cullera 12 tortugas marinas de la especie Caretta caretta nacidas del nido hallado en la misma playa en julio de 2020. Durante todo este tiempo, los animales han formado parte del proyecto de crecimiento y desarrollo “Head-starting” de la Fundación Oceanogràfic para así asegurar su supervivencia una vez entren al mar.

Seis de las tortugas, a las que les pusieron el nombre de Blanc, Esperanza, Luna, Inco, Patricia y Buddy, llevaban incorporado un emisor satelital, gracias a la aportación del Ayuntamiento de Cullera y de la Universitat de València, que permitirá hacer un seguimiento de los animales para así obtener información y ampliar conocimiento sobre su biología y comportamiento en alta mar.

 


Los encargados de dejar en la arena a las pequeñas tortugas han sido Jordi Mayor, el alcalde de la localidad, Marta Tur, la concejala de Bienestar Animal, Bernat Escolà, concejal de Medio Ambiente, Silvia Roca, concejala de Educación y alumnos de siete centros educativos de Cullera, algunos de ellos participantes de la campaña de concienciación marina “Tortugas en el Mediterráneo”, llevada a cabo en el municipio durante este verano y organizada por el ayuntamiento y la Fundación Oceanogràfic.

Al acto también asistieron técnicos de la Universitat de València y miembros de la Asociación Xaloc que, junto al equipo de la Fundación Oceanogràfic, también soltaron a las tortugas para que emprendieran su viaje hacia el océano.

Programa de un año de crecimiento y desarrollo para maximizar su supervivencia

Desde que salieron del huevo en septiembre de 2020, las tortugas han seguido el programa “Head-starting” de la Fundación Oceanogràfic, que tiene como objetivo conseguir que los neonatos alcancen el peso, tamaño y habilidades suficientes de buceo, natación y alimentación para así aumentar sus posibilidades de supervivencia en el océano y evitar a gran parte de sus depredadores naturales.

Durante los últimos meses del proyecto, los cuidadores del Oceanogràfic les han provisto de alimento lo más parecido al que encontrarán en el mar, como medusas y otros invertebrados, para potenciar así su instinto de caza.

 

 

Las experiencias llevadas a cabo por la Fundación Oceanogràfic durante todos estos años permiten un gran optimismo, porque los porcentajes de supervivencia de estos animales al entrar al mar están en torno a un 90%, lo que significa un éxito para la conservación de la especie, dado que se estima que, en condiciones naturales, sólo sobrevive hasta la edad adulta una tortuga de cada mil que nacen.

Otro nido histórico

El nido de Cullera constaba de 85 huevo, de los que 17 se trasladaron a las instalaciones del Oceanogràfic donde se comprobó que 12 eran fértiles. Los 68 huevos restantes se reubicaron en una zona de la playa de El Saler custodiada por la ONG Xaloc.

En este caso, el nido fue detectado por un pescador que avisó al 112 y se activó el protocolo de la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana compuesta por la Conselleria d’Agricultura, Desenvolupament Rural, Emergència Climàtica i Transició Ecològica, Universitat de València y Fundación Oceanogràfic.