Esta instalación permitirá observar a las tortugas durante todas las épocas del año.
Las tortugas gigantes de Aldabra debían ser retiradas a sus cobijos interiores al bajar las temperaturas en otoño e invierno. Procedentes de zonas cálidas y, como reptiles que son, dependen del calor externo para mantener su temperatura corporal. Por eso no podían permanecer en el exterior a la llegada del frío.
Desde ahora podemos disfrutar de su presencia en cualquier época del año al visitar el Oceanogràfic, gracias a la nueva instalación construida exclusivamente para ellas. Se trata de un habitáculo exterior, resguardado y aclimatado, donde podremos observarlas de cerca respetando sus necesidades naturales.
Aldabra es el nombre de un atolón de coral situado en el océano Índico, entre Madagascar y las islas Seychelles, catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Sólo allí existen estas gigantescas tortugas terrestres, que han sido llamadas así en alusión a su lugar de origen.
Dentro de muy poco llegarán nuevas compañeras para Morla y Darwin, que así se llaman nuestros dos ejemplares. Estas fueron donadas al Oceanogràfic por un centro de recuperación de animales, al que habían llegado anteriormente tras ser decomisadas por los servicios de aduanas.
El tráfico ilegal de animales exóticos constituye una amenaza para la conservación de muchas especies en todo el mundo… ¡Contribuye con nosotros a protegerlos!