- Los jóvenes quelonios han nacido y crecido en el ARCA del Mar de la Fundación Oceanogràfic y en el Acuario de Sevilla
- Celia Calabuig advierte del gravísimo peligro que representan los plásticos para la fauna marina
El Oceanogràfic de València y el Acuario de Sevilla han llevado hoy hasta el mar, en la playa de la Mata de Torrevieja, a seis jóvenes tortugas, cuyos huevos, junto a otros 82, fueron depositados en Sueca, hace más de un año, en uno de los cuatro únicos nidos que han sido documentados en 200 años en las costas valencianas.
Los escolares del CEIP Ciudad del Mar, han puesto nombres a los animales previamente y les han deseado toda suerte de buenas venturas al adentrarse al mar, con lo que su ciclo de puesta, eclosión y crecimiento de estas criaturas se ha cerrado gracias a la colaboración de ciudadanos y a la intervención de técnicos, en una experiencia extraordinariamente exitosa. Las tortugas, que nacieron con 18 gramos de peso y 4 centímetros de longitud, pesan ahora 1,5 kilos y miden 18 centímetros.
La presidenta de la Fundación Oceanogràfic, Celia Calabuig, expresó su satisfacción porque se haya cumplido y dijo que “tenemos muchos animales que mostrar y buscamos que nuestros visitantes gocen de una experiencia inolvidable. Somos el acuario más grande de Europa, pero también queremos llevar un mensaje conservacionista y de respeto por los océanos”.
“Celebro –dijo Celia Calabuig- que haya tantos niños y niñas hoy aquí, porque vosotros debéis llevar hasta el futuro el respeto por nuestro planeta. Vosotros tenéis que ser los vigilantes de que se detengan y desaparezcan gravísimas realidades como la contaminación por plástico de nuestros mares, que amenaza y perjudica a todas las especies marinas, incluidas estas tortugas”.
Por su parte, la portavoz del Acuario de Sevilla, Susana Montero, explicó al numeroso público congregado que “la conservación de las tortugas marinas está en manos de todos, no sólo de los acuarios. Tenemos la obligación de ayudar al medio marino desde nuestra vida cotidiana con pequeñas acciones y buenas prácticas medioambientales.” Montero agradeció “la participación del proyecto en conjunto con la Conselleria de Medio Ambiente y el Oceanogràfic de Valencia, ya que permite unificar fuerzas y hacer extensible la labor de divulgación y concienciación más allá de Andalucía”.
Finalmente, el alcalde de Torrevieja, José Manuel Dolón, comentó que “se ha hecho un gran esfuerzo para que estos seis ejemplares de tortuga marina pudieran ser devueltas al mar. Ha sido todo un éxito y representa el enorme trabajo de más de un año”. Dolón aseguró que “es muy importante el hecho de que los escolares participen de esta suelta y empiecen a asumir desde pequeños que la conservación de los océanos es un compromiso de todos” y recalcado el trabajo del municipio alicantino con el medio ambiente.
Tras los parlamentos, seis escolares llevaron seis cartulinas con el nombre de cada tortuga y leyeron dos deseos para cada una de ellas. Posteriormente, los más de doscientos niños participantes, que ya contaban con la pulsera de la Fundación Oceanogràfic “Alerta tortugas” y otro material educativo del Acuario de Sevilla, pudieron ver de cerca y tocar a las tortugas en un acto de animación en el que colaboró la mascota, Chelo, de Sevilla.
Un programa de alimentación y preparación
La suerte quiso que unos bañistas de la playa de Les Palmeres descubrieran en julio del año pasado a una tortuga boba desovando, y que avisaran al 112 con lo que pudieron recibir instrucciones de cómo cuidar el nido hasta que llegaron los técnicos de la Red de Varamientos, una entidad compuesta por la Consellería Infraestructura, Territorio y Medio Ambiente, la Universidad de València y el Oceanogràfic, que decidieron trasladar los huevos a una playa menos concurrida, en El Saler de València, donde finalmente eclosionaron la mayoría y pudieron llegar hasta la orilla de forma natural.
De esos huevos, 16 fueron recuperados, siguiendo el programa “head starting”, en el que también participan la Conselleria de Medio Ambiente, Universidad de València y Universidad Politécnica, para ser estudiados en los acuarios de Sevilla y València y en todo este tiempo, después de eclosionar más rápidamente, los animales han sido alimentados y cuidados de forma especial y han servido para conocer detalles de su fisiología y comportamiento.
La finalidad de este programa ha sido conseguir que los neonatos alcancen el tamaño, peso y habilidades suficientes de nado, buceo y alimentación para aumentar las posibilidades de supervivencia en mar abierto, evitando además a gran parte de los depredadores.
Para ello, durante los últimos meses del proyecto se les ha provisto de alimento lo más parecido al que se encontrarán en el mar, como medusas y otros invertebrados, complementando su dieta diaria basada en gelatina de algas, pescado y cefalópodos, para potenciar así su instinto de caza.