La acción busca mitigar los daños en el ecosistema y fomentar la restauración del entorno
Seis meses del rescate de las belugas ucranianas
El Oceanogràfic de Valencia conmemora hoy seis meses desde la llegada de Plombir y Miranda, las dos belugas rescatadas del acuario Nemo de Járkov, en Ucrania, en plena zona de guerra.
Un rescate que marcó el éxito de una compleja operación internacional que permitió llevar a los dos cetáceos desde un entorno amenazado hasta un lugar seguro en Valencia.
“Al principio, ambos animales se encontraron en un entorno desconocido, explorando con curiosidad y cierta cautela. Nuestra tarea más importante durante estos primeros meses ha sido ganarnos su confianza, y lo hemos conseguido”, añade Lisa Leopardi, una de las cuidadoras de mamíferos en el Oceanogràfic.
Personalidades únicas
El carácter de las dos belugas también ha influido en su proceso de adaptación. Miranda, extrovertida y más curiosa, se muestra más receptiva a los estímulos. Por su parte, Plombir, más tímido, ha necesitado más tiempo, pero poco a poco ha mostrado más confianza.
Estas diferencias han supuesto un desafío enriquecedor para el equipo, que ha ajustado los programas de enriquecimiento y bienestar animal a las necesidades de cada animal.
Cada vez más cerca de unirse a Kylu y Yulka
Además, el proceso de socialización con Kylu y Yulka, las otras dos belugas del Oceanogràfic (CACSA – GVA), está siendo muy positivo. La convivencia entre ellas progresa día a día bajo la supervisión de los cuidadores y también del equipo veterinario, que monitoriza constantemente la evolución de cada uno.
Medio año del viaje desde Ucrania
El viaje hasta Valencia fue todo un reto logístico y emocional. Contó con la colaboración de organismos internacionales –Asociación Americana de Zoos y Acuarios (AZA) y los acuarios de SeaWorld y Georgia– y de los mejores especialistas del mundo en el traslado de grandes mamíferos.
Un esfuerzo conjunto que ha logrado proporcionar a Plombir y Miranda un espacio seguro para su bienestar.