VETERINARI@ EN EL OCEANOGRÀFIC

Mónica Valls. Veterinaria del Oceanogràfic

No hago más que acordarme de un anuncio de la tele que repiten mucho últimamente, cuya protagonista es la estupenda y archifamosa cantante Beyoncé… No recuerdo muy bien el anuncio en cuestión, pero me hace gracia su eslogan: “¿Cuál es tu parque?

Mi parque y el de todos los que trabajamos aquí, es este, el Oceanografic. Un parque de agua, un parque de animales, de aventuras, un parque de ojos hambrientos por descubrir, de oídos…Un parque donde crecer, y aprender. Un parque donde muchos trabajamos y un parque donde todos convivimos.

Este es mi parque, y aquí, soy veterinaria.

Pero tengo que aclarar que no soy la única veterinaria en el Oceanografic, afortunadamente. Este trabajo es una responsabilidad compartida. Y aunque cada veterinario tiene una visión diferente sobre su trabajo, todos lo vivimos igual. Con el mismo compromiso, la misma vocación y  la misma pasión de quien vive haciendo lo que le gusta.

En este parque trabaja un gran equipo profesional y humano, todos involucrados directa o indirectamente en el cuidado de nuestros animales. Y no solo tenemos veterinarios trabajando en el aspecto más clínico del parque, quiero decir en contacto directo con su cuidado médico, sino que también existen veterinarios que se dedican a la investigación y recuperación de las especies marinas. Una faceta igual, o casi más importante si cabe, en un centro que alberga especies tan impresionantes y desgraciadamente amenazadas…

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Aunque no es nuestra única labor, principalmente nos ocupamos de comprobar a diario el estado de salud de los animales y realizar chequeos rutinarios para prevenir la aparición de ciertas enfermedades. Disponemos de  todo un programa de pruebas  médicas que planificamos junto con los entrenadores, cuidadores y acuaristas, que son quienes realmente se ocupan de los animales. Ellos los tratan a diario y los conocen bien. Les preparan la comida, mantienen  sus instalaciones  limpias  y cuidadas, juegan con ellos, y  además trabajan codo a codo con nosotros, los veterinarios.

Los entrenamientos médicos son algo imprescindible para nuestro trabajo.  A través de comportamientos ensayados, los animales colaboran en la obtención de muestras veterinarias, que garantizan su bienestar. Gracias a este tipo de entrenamientos podemos explorarles, sacarles sangre, realizarles ecografías, radiografías y practicarles toda una series  de exámenes, si fuera necesario, con las mínimas molestias para el animal  y la máxima seguridad para el personal, no hay que olvidar que son animales salvajes. Son entrenamientos de “alto nivel”, os sorprendería comprobar lo que son capaces de hacer, cosas que a muchos humanos nos darían pavor… Y dicen que somos una especie superior…

Por todo esto, tanto los veterinarios como el resto del equipo, coincidimos al afirmar que nuestro día a día en el Oceanogràfic ¡es toda una aventura!

Un día cualquiera:

Atención, atención! ( grita el walky)  ¡De aves para veterinaria!

Así suelen empezar muchos de los avisos que a diario recibe el Servicio de Veterinaria.

Nos dirigimos rápidamente hacia la instalación de pingüinos donde nos esperan los cuidadores; allí nos cuentan que una hembra pingüino de Humboldt que había puesto el primer huevo de la temporada ¡está a punto de ser mamá! Uno de los huevos que estaba  incubando está empezando a eclosionar. Los primeros días de los pollitos de pingüino, como los de cualquier ave,  son cruciales para su supervivencia, por lo que es muy importante poder hacer un seguimiento desde el primer momento.

Los cuidadores se encargan de vigilarlos, y de avisarnos si observan cualquier signo extraño. Que los papás pingüino abandonen el nido  o que el pollito no esté alerta, puede implicar que haya que intervenir. En ese caso habrá que “sacarlo a mano”, es decir, hacer de papás pingüinos: darles de comer casi cada hora, limpiarle cada cierto tiempo etc… Es un trabajo agotador, pero cuando lo ves crecer es muy gratificante…

Nuestra filosofía de trabajo es intervenir lo menos posible, así que por el momento nos limitaremos a controlar la eclosión. Volveremos tras unas horas a ver qué tal va el nacimiento… un pollito puede tardar bastante en salir de un huevo.

¿Por dónde íbamos…? ¡ah, sí! Entre aviso y aviso, nuestro día a día discurre “entre bambalinas”. Aquí las llamamos zonas técnicas. Si habéis tenido la suerte de venir al Oceanográfic, habréis admirado su diseño. La arquitectura de sus edificios, las frondosas y cuidadas zonas ajardinadas y por supuesto las instalaciones de animales.

En el Oceanogràfic se recrean muy diversos hábitats submarinos, donde se pueden admirar multitud de especies diferentes como tiburones, morsas, morenas tropicales, cormoranes, delfines, leones marinos, pingüinos… Pero al otro lado, donde no alcanza vuestra vista, bajo vuestros pies y mimetizadas tras las rocas , están las zonas técnicas. Por ellas nos movemos y accedemos a los animales para revisarlos, observarlos y alimentarlos. Allí también se encuentra la Clínica Veterinaria  y los Laboratorio, centros neurálgicos de este acuario. Por estas zonas técnicas, diariamente recorremos el parque y vamos llegando hasta cada una de las residencias de nuestros anfitriones.

Hoy la ronda nos lleva al Ártico, donde nos encontraremos al equipo de entrenadores en plena sesión con las Belugas, y mientras las observamos y las revisamos…

-¡Atención, atención! ( grita de nuevo el walky)  ¡De Leones para Veterinaria!

De nuevo tenemos que interrumpir la ronda diaria. Nos avisa el equipo de leones marinos que ya están los animales esperándonos  ¡hoy es día de revisión médica!

Una vez al año, como os comentaba, los leones pasan un examen un poco mas completo, como  la ITV de los leones marinos… Les revisamos los dientes, los ojos, las aletas, les hacemos una analítica sanguínea, ecografía para confirmar las leonas que van a ser mamas etc etc… Son muchos animales y hay que ir por orden.

-¿Por quién empezamos? Mmmmmmm ¡venga, llama a Alvin! Alvin es un macho ¡el jefe del grupo!

Ante nosotros, aparece un impresionante y melenudo ejemplar de casi 500 kg de peso… A veces se nos olvida que si quisiera nos haría correr de lo lindo…Pero Alvin, tras una indicación de su entrenador se tumba tranquilamente, nos mira de reojo y se deja hacer. Lo ha estado ensayando muchas veces. Le ponemos un compresor, como cuando vamos al médico nosotros, y en un periquete  le sacamos una pequeña muestra de sangre, suficiente para revisar su estado de salud y completar unas pruebas. En unos minutos nos deja explorarle desde la punta del hocico hasta el último dedo de las aletas…

-Alvin…has cogido algo de peso, te vas a tener que poner a dieta ¡que llega el verano! Por lo demás, todo correcto…siguiente!

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La mañana pasa rápido, pero el trabajo siempre te espera. Una parada para comer algo y reponer fuerzas. Aún queda  mucho trabajo de oficina por hacer, una de las partes menos gratas para los veterinarios, pero necesaria. Pedidos, actualizar listados de animales, programar llegadas y salidas de especies, reuniones, responder e-mails, comentar algún caso con los compañeros, atender colegas de otros acuarios…¡y estudiar! Cualquiera que trabaje con animales sabe que nunca se puede dejar de estudiar, seguir los nuevos avances y participar en investigaciones  para descubrir todo lo que queda por descubrir…

-¡Atencion, atención (el walky, otra vez)! ¡De Delfinario para Veterinaria!

Es sábado, hace una tarde estupenda, es tarde ya pero el parque está lleno de familias y turistas. En el Delfinario, las gradas están a reventar y a algún visitante, por descuido seguramente, se le ha caído una botella de plástico al agua. Ha desaparecido rápidamente y los cuidadores sospechan que  la ha podido coger alguno de los jóvenes delfines para jugar… están preocupados, ya que cualquier elemento pequeño  en el agua es peligroso para ellos ¿se la habrán tragado? ¿Qué hacemos?, se preguntan.

Lo primero es enfundarse el traje de neopreno y lanzarse al agua para buscar la botella, mientras otros nos encargamos de los animales y los revisamos uno a uno. Hay que asegurarse de que la botella no está aún ahí al alcance de algún delfín. La ingestión de una botella de plástico podría suponer una intervención muy arriesgada que necesitaría anestesiar al animal para extraerle ese plástico. Si no lo hiciéramos, en pocos días podría causarle una grave infección e incluso la muerte.

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De pronto alguien grita desde el agua: ¡La tengo! Afortunadamente esta vez no ha acabado en el estomago de ningún animal…

Es muy importante el cuidado del medio en el que habitan nuestros animales, ya que al igual que en el mar, cualquier objeto que flote, como las basuras, hace que muchas especies enfermen y puedan morir… LA CONSERVACIÓN DE NUESTRO PLANETA, DE NUESTROS OCEANOS, es cosa de todos, y empieza por uno mismo, por nuestra casa, por nuestro parque, por nuestra playa.

Volviendo al despacho, repasamos mentalmente todo lo que ha quedado pendiente…: revisar tal tratamiento, ¿Cuando llegan los cocodrilos? Ya ha comido el nuevo caballito de mar… Y empezamos a planificar mentalmente el  día siguiente, que probablemente sea otra aventura…¡y con un habitante más, que acaba de nacer!