Los pequeños quelonios seguirán durante un año el programa de crecimiento e introducción en el mar
Parte de las tortugas marinas (Caretta caretta), que nacieron hace una semana en Ibiza del primer nido registrado en las Islas Baleares, han ingresado en el área de Restauración y Conservación de Animales Marinos (ARCA del Mar) del Oceanogràfic de València. El resto del nido, según ha decidido la Conselleria de Medi Ambient i Territori del Gobern de les Illes Balears con el aval de varios especialistas, se ha enviado al Laboratori d´Investigacions Marines i Aqüicultura (LIMIA) en Andratx (Mallorca) y Palma Aquarium, en Palma.
En total, las tortugas nacidas de este nido histórico han sido 37, de las cuales 19 se encuentran desde ayer por la tarde bajo la custodia y cuidado de los veterinarios de la Fundación Oceanogràfic, que cuentan con una gran experiencia en la cría de tortugas, así como en la recuperación de estos animales, ya que en la historia del ARCA del Mar ya se han recogido y devuelto al mar 495 quelonios, con una media de 70 ejemplares al año.
Programa de crecimiento e introducción en el mar
Las pequeñas tortugas ingresadas en el Oceanogràfic han comenzado así el programa de crecimiento e introducción, siguiendo el protocolo de “head-starting”, establecido como estrategia general para la gestión de los episodios de nidificación en las costas españolas.
Los ejemplares serán soltados en una playa de Ibiza para que, de esta forma, las hembras puedan volver a hacer la puesta en el mismo lugar.
Durante un año, aproximadamente, estos individuos estarán siendo alimentados en el ARCA del Mar y servirán también para estudiar la alimentación, evolución y comportamiento de esta especie que se encuentra, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés), amenazada, ahora, también, por la basura marina.
La cría y desarrollo de las tortugas permite que alcancen una mayor envergadura y fortaleza lo que les otorga una mayor y mejor defensa frente a sus depredadores. Así, se ha comprobado que de los diez quelonios que fueron enviados al mar en noviembre de 2017, después de un año en el ARCA del Mar, logró sobrevivir un 90%, lo cual supone un éxito para la conservación de la especie, dado que se estima que en condiciones naturales, sólo sobrevive una tortuga de cada 1.000 que nacen.